Bailad, bailad...

Baila el chiki- chiki, y así, como si se tratase de elegir delegado de clase, sale el más pringado en representación de todos nosotros. Para qué: para reírnos de él, fácil, rápido y para toda la familia (y todo por dejar elegir al público, jeje). En fin, así nos va..., pero no penséis que somos los únicos; nuestros vecinos del norte de Europa han decidido mandar a una mascota virtual . Y ya os podéis imaginar: mascota virtual + música prefabricada = adios a la música (y a los músicos de los que, hoy en día más de la mitad sólo son fachada, software y estudios de mercado). Gracias Eurovisión, gracias Operación Triunfo, gracias MTV, gracias superventas, gracias Ramoncín... ¿queréis añadir a alguien más? Si a mí lo que me jode no es la caspa, es la mierda.

El caso es que, definitivamente y después de Lordi, Eurovisión se ha convertido en elegir al más esperpéntico de los histriones que pueblan esta galaxia y la de más allá aunque, ahora que lo pienso, no sé si en algún momento no fue así. Tal y como está, la cosa pinta mal para aquellos que no disfruten bailando el chiki chiki, pues estoy convencido de que este tipo seguro que auspicia nuestra bienamada canción del verano de este año.

Preparaos hijos del rock & roll, pues este año va a ser cojonudo gracias al chikilicuatre.